sábado, 9 de junio de 2007

camino















Cuando todo se precipita,
solo nos queda el segundero
como brujula
y su latir sin parar.

-Te pienso
y me imagino un quitamiedos
donde alguien dejo un ramo de azucenas
y unas palabras,
ya sin destinatario.
Este mi sueño,
sabe a lagrimas,
sabe salado...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

...me encantó, me encantó muchísimo!!!


besitos, pequeño ^^

*Natalia*

Anónimo dijo...

Las lágrimas que saben a sal. El tic-tac que no para nunca. Los caminos que no llegan a su fin.

Sara

Oveja berserker dijo...

A su fin ya llegó.