domingo, 18 de marzo de 2007

dos historias: dos cosas en común



















Salgo de mi italiano de paredes verdes y sonrisas amables,
salgo y camino la calle abajo,
la misma calle de siempre,
mientras en mi Mp3 suena Shurik´n.
Mantengo la cabeza alta y observo la gente...
cambian sus caras,
pero tambien son los mismos de siempre y yo
soy el mismo de siempre.
Dos niños salen corriendo
entre carcajadas del centro comercial,
en sus manos un movil.
aprietan un boton y este
emite el mismo sonido de las alarmas de los centros comerciales.
la gente mira a su alrededor,
extrañada,
expectante...
a ver si ven algo que se salga de la norma.
Pero solo escuchan las carcajadas de los chavales
y ven la sonrisa que se dibuja en mi cara.

Gracias.

Bajo la calle
y soy el mismo de siempre,
en la misma calle de siempre...



hace ya un par de años escuché una conversación que me marcó especialmente:
día de verano
al menos agosto
40 grados
y el bus no llega
yo y una excursión de niños con "problemas"
esperamos en la parada.
una niña down se acerca a un chaval y dice:
- estoy demasiado delgada...
en la cara del chico se dibujó una mueca de tristeza.
- al menos a ti el viento te puede llevar...
no escucho más, tampoco quiero...
me levanto
y echo a andar,
mientras un sol de injusticia
brilla a mi espalda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Duro Javo, muy duro... pero es verdad que a veces te gustaría que el viento te llevase lejos. Es entonces cuando hay que pensar por qué no sopla...

Marta

E1000io dijo...

El viento no siempre deja lejos, a veces deja las cosas en su lugar (símplemente las cambia de sitio, pero no las hace desaparecer)

Anónimo dijo...

Es curioso como gente a la que a veces se la llama "retrasada" dicen cosas con más sentido que los autodenominados "normales"
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