Suelo soñar que las fronteras de mi mente y de mis ideas están más alla de las paredes de mi cráneo.
Entonces me despierto y me percato de que estas fronteras se hallan en los cráneos de los demás...
Me doy la vuelta, enciendo un cigarrillo y dejo que me devore mi ardor de estomago mientras miro las mudas paredes de mi cuarto.
Mejor seguiré durmiendo...
Esta vez sin sueños.
viernes, 2 de marzo de 2007
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